Déjame estar un rato en tu sonrisa
Deja que mi dedo corazón cultive letras desnudas
en los renglones torcidos de tu piel golosa
Deja que el monólogo silente de mis yemas
alimente la hoguera que arde bajo tu ombligo
Déjame conocer por qué en el brillo de tu mirada
se ve el lugar donde se besan el sol y la luna
escondidos tras la espalda del amanecer
cuando entre lus labios jadeantes
nacen las flores donde se duerme el rocio